1/15/2011

¿Cuenta y pesa el Pionero?

Es bueno tener en cuenta los antecedentes de dos renglones dinámicos en el Huila: la moderna caficultura y la piscicultura. En la primera fue determinante el empuje del dirigente institucional Silvio Ocampo Ospina (fallecido) fecundado desde la finca La Cristalina, en el municipio de Gigante y, en la segunda, la visión catalizadora de Pedro José Ramírez Ramírez irradiada desde la hacienda Castalia, en el municipio de Garzón.

Hoy en día, en ambos casos, el Huila es zona reconocida de origen, distinguido por la alta calidad tanto de cafés como de tilapia. Así que, cuando se anuncia con sano orgullo el nivel de progreso en ambos renglones, es humano acordarse de los pioneros, aunque la actividad siga evolucionando promisoriamente, sin desconocer los méritos de muchas otras personas, que han sido perseverantes consocios en la tarea.

Sencillamente, aquí se destaca el rol necesario del "pionero", pues es quien arriesga y emprende para que los demás, después, se vayan sumando cuando el éxito es un hecho. Así pasó con Silvio y con Pedro José, una vez iniciaron las siembras, el primero de "caturra" y el segundo de "tilapia".

Aquí viene al caso, otro ejemplo de ser "pionero" asociado al "mercadeo" de la tilapia: como antes se había cultivado tilapia en muchos estanques construidos en el Huila, con ayuda institucional pero sin acompañamiento técnico, el resultado fue una producción con deficiencias en la alimentación de los peces, lo cual los obliga a rebuscar comida entre el barro y el lecho del estanque. Por supuesto, el consumidor probó el producto que sabía de verdad a barro. Se propagó la creencia de que esta especie sabía a barro y, en consecuencia, era un gigantesco y elemental error cultivarla. Entonces, en Castalia, con la primera cosecha de "tilapia" se decidió lo siguiente: ofrecerla en "sartas" -tal como los nicuros, cuchas, etc.- y vivas, mediante un vendedor que, mostrándolas, recorría a pie, por dentro y por fuera, toda la galería o plaza de mercado de Garzón.

Así fue como la gente preguntaba qué pescado era y dónde se vendía. Una camioneta vieja y destartalada, ubicada en la esquina suroriental de la galería, surtía a los clientes sacando las "MOJARRAS" de las dos canecas en que se llevaban. Se aprovechó que la tilapia con sabor a barro era de una variedad negra (mossambicus) y la de Castalia era la "PLATEADA" (niloticus), lo cual se prestaba para nombrarla tal como se hizo: MOJARRA. Poco tiempo después se introdujo la mojarra “roja”. Esta es la historia de por qué se conoce por dicho nombre y, es tal la actual creencia tan arraigada, que hay quienes categóricamente aseguran que una es la tilapia y otra la mojarra, refiriéndose a la que se cultiva en el Huila. Cabe comentar que la "mojarra" es un pez marino plateado y con algunos trazos de colores, que le da un aspecto atractivo a la vista. Como la tilapia PLATEADA se asemeja en su aspecto a la mojarra marina, fue un verdadero éxito de mercadeo la decisión, en su momento, tomada por Pedro José.

Hoy en día, tanto los cafés por origen -que están iniciando su apogeo, como la variedad "pangasius" o bagre -que se empezó a promocionar en el Huila, son un testimonio representativo de que en la región prosigue el sentido de seguir siendo pioneros.

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